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¿Es ésta la década del impacto positivo para la agenda 2030?

A lo largo de las últimas décadas, la comunidad internacional ha identificado y tratado de mitigar con éxito variable diferentes problemáticas con impacto económico, medioambiental y social.

El año 2015 se considera un año clave debido a la adopción del Acuerdo de París por parte de un número y de una relación de países muy importante que, por primera vez, acuerdan un compromiso transnacional para controlar el aumento de temperatura global a través de una reducción de sus emisiones de CO2 y a colaborar a fin de mitigar y adaptarse a los impactos del cambio climático. Meses más tarde, la Asamblea General de la ONU adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la que se acordaron diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para hacer frente a los graves problemas económicos, sociales y ambientales que aquejan al conjunto de la población mundial. Estos objetivos, vertebrados en 169 metas de aplicación universal, tienen como fin luchar contra la pobreza, proteger el planeta y construir un mundo más justo, próspero y equilibrado para las generaciones venideras.

Hemos iniciado el siglo XXI con una pandemia de impacto mundial, conflictos internacionales que han tensionado la suficiencia y encarecimiento del precio de materias primas o fenómenos meteorológicos de gran trascendencia (sequías, inundaciones, etc.). La escala global de todos estos fenómenos nos ha empujado a cuestionarnos si efectivamente existen límites al crecimiento y si nuestro actual “modelo” es perdurable en el tiempo, independientemente de las diferentes ideologías, intereses y estrategias. Lo que sí parece claro es que existe una mayor concienciación de la importancia de “aprobar” los deberes que nos hemos puesto para 2030 y para ello ya no existen prórrogas.

En el actual escenario global existe una creciente concienciación y compromiso internacional sobre la importancia del desarrollo sostenible y la necesidad de llevar a la práctica una hoja de ruta que aborde todos estos desafíos.

UVE Green, catalizador del cambio

Desde UVE Valoraciones hemos construido UVE GREEN con el objetivo de que aporte su conocimiento, experiencia y propósito a servir de palanca de cambio a un entorno construido más sostenible, resiliente y saludable.

Además de ser indispensable para abordar todos estos desafíos globales, el sector inmobiliario puede generar beneficios económicos a largo plazo al tiempo que contribuye al bienestar social y ambiental en todo el mundo. La adopción de prácticas sostenibles es, por tanto, un aspecto clave para el éxito a largo plazo en el mercado actual de inmuebles y por lo tanto, en la mejora de la calidad de vida de las personas.

En este contexto, se debe buscar la construcción de infraestructuras resilientes y sostenibles que no solo involucren edificios de manera aislada, sino que den forma a ciudades y comunidades resistentes a desafíos ambientales y sociales, se integren en el entorno y sean asequibles, con el propósito de contribuir a la reducción de la desigualdad al proporcionar opciones de vivienda para diversos segmentos de la sociedad. También se enfoca en la revitalización de áreas urbanas, promoviendo la movilidad responsable y reduciendo la dependencia del automóvil. Todo lo anterior supone la aplicación de tecnologías, estrategias y diseños eficientes, coherentes y responsables que minimicen la huella ecológica mediante el aprovechamiento de fuentes renovables de energía y materiales sostenibles tanto en la construcción como en su posterior conservación, reutilización y reciclaje. La planificación y desarrollo de proyectos inmobiliarios se enmarcará en una política de respeto al entorno próximo, con el fin de implementar medidas para preservar la biodiversidad local y minimizar el impacto en el ecosistema circundante y la degradación de la flora y la fauna en sus hábitats naturales.

Los desafíos a los que nos enfrentamos son a escala mundial y por ello será necesario un enfoque global en el que se cierren alianzas que, aunque puedan parecer insuficientes, permitan construir a partir de ellas. A continuación, todas las personas como parte de las instituciones, empresas, comunidades, redes, familias y a título particular, deberemos obtener el conocimiento y la actitud para convertir los desafíos en oportunidades que apuesten por el Bien Común. 

Los retos a los que nos enfrentamos son a escala mundial y por ello será necesario un enfoque global en el que se cierren alianzas que, aunque puedan parecer insuficientes, permitan construir a partir de ellas.

En UVE GREEN creemos que no existe un modo único de generar impacto positivo pero sí creemos que el camino que nos marquemos debe ser flexible y crítico a cada paso, siendo para nosotros tres los pilares básicos:

  1. Personas: su salud y bienestar como epicentro del modelo
  2. Comunidades: tanto en lo relativo al entorno construido como a las relaciones interpersonales
  3. Biodiversidad:  el respeto a la variedad de vida y a la supervivencia de ecosistemas saludables. 

 

En definitiva, los desafíos deberán convertirse en oportunidades para que esta década se convierta en un referente histórico de las contribuciones globales que se han conseguido para paliar las consecuencias de un modelo que, a todas luces, sugiere la necesidad de ajustes.

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