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La democratización del Wellness Real Estate: ¿sueño o estrategia posible?

En un momento en el que la salud y el bienestar se convierten en ejes vertebradores de nuestras decisiones personales y profesionales, el real estate se ve llamado a evolucionar. De la sostenibilidad a la salud, de la eficiencia a la experiencia. Surgen preguntas urgentes: ¿puede el bienestar ser un lujo democratizado? ¿Es el wellness real estate un nicho aspiracional o el germen de una revolución urbana?.

El wellness como nuevo valor inmobiliario

Proyectos como The Well en Miami o SHA en Abu Dhabi han llevado el concepto de bienestar al extremo. Infraestructuras que integran desde jardines hidropónicos hasta laboratorios de longevidad, pasando por espacios de meditación, terapias alternativas y diseño sensorial. Este enfoque no solo ofrece confort, sino que se presenta como una propuesta de valor con retorno: incrementos del 25 al 40 % sobre el precio de mercado local.

El Global Wellness Institute estima que el sector del wellness real estate superará los 900.000 millones de dólares en 2028. Y no es para menos: las viviendas y espacios que promueven salud, conexión y calidad de vida están desplazando al tradicional trinomio de ubicación, precio y superficie.

Pero, más allá del lujo, hay una verdad estructural: la salud vende. Y en tiempos de incertidumbre global, vende más que nunca.

Escalabilidad y riesgos de la experiencia wellness

La pregunta es si estas instalaciones de ensueño realmente cumplen su promesa. Sin un modelo de gestión robusto, ¿de qué sirve un espacio de yoga si no se programa con criterio o si los profesionales no están cualificados? ¿Será este modelo la precuela de una nueva generación de residencias senior, donde longevidad y calidad de vida vayan de la mano sin estigmas ni abandono?

El riesgo es real: replicar espacios vacíos de significado, wellness de cartón piedra.

La crítica de expertas como Cindy Palusamy o Rina Raphael apunta justamente a eso: instalaciones brillantes pero desocupadas, estrategias de marketing sin arraigo real en las necesidades de los residentes.

El rol del sector público: suelos, incentivos y regulación

En nuestras ciudades, a menudo saturadas, existen suelos infrautilizados y oportunidades para generar vivienda saludable accesible. A través de colaboraciones público-privadas podría impulsarse una agenda ambiciosa: edificios con criterios de bienestar integrados desde el diseño y mantenidos a largo plazo.

La propia Unión Europea ha comenzado a abordar la salud en el entorno construido como una prioridad, y voces expertas piden que las certificaciones energéticas incluyan también aspectos como la calidad del aire, luz natural, ventilación o acceso a espacios verdes.

Y es que no basta con medir eficiencia energética si dejamos de lado los factores que afectan directamente a la salud y bienestar de los ocupantes.

«Sin profesionales adecuados y sin un modelo de uso basado en la experiencia humana, los metros cuadrados de bienestar pueden convertirse en metros cuadrados de frustración.»

Certificaciones y diseño centrado en el usuario

Certificaciones como WELL, Fitwel o incluso nuevas versiones de LEED están introduciendo parámetros específicos de salud.

Calidad del aire interior, confort térmico, agua potable accesible, iluminación circadiana, mobiliario ergonómico… todo suma para crear entornos que cuidan.

Pero también hay que pensar en la experiencia sensorial, emocional y social. La arquitectura biofílica, por ejemplo, no solo decora con plantas: conecta a los usuarios con ritmos naturales que regulan su salud mental y física.

De Prada a Zara: la analogía que abre puertas

La sostenibilidad ya no es una rareza; es una expectativa. El bienestar va por el mismo camino. Como un jersey de cachemir, el acceso a espacios saludables no debería depender de la etiqueta. No hace falta que el wellness real estate sea sinónimo de exclusividad si podemos rediseñar su modelo.

La clave está en reconocer que el bienestar no es un lujo, sino una necesidad estructural. Democratizarlo no implica renunciar a la calidad, sino asumir que la innovación verdadera está en hacer posible lo que hoy parece inalcanzable.

Entre oportunidad de transformación y riesgo de burbuja

El wellness real estate puede convertirse en una de las palancas más potentes para transformar el parque edificado en términos de salud, resiliencia y calidad de vida. Pero también puede quedar atrapado en una burbuja de lujo inalcanzable, desconectado de las verdaderas necesidades sociales.

La pregunta crítica es: ¿qué tipo de bienestar estamos promoviendo? Si se limita a lo estético, a lo superficial o a lo rentable para unos pocos, el modelo está condenado a agotarse. Pero si se ancla en el uso real, la participación comunitaria y la evaluación de impacto, podrá ser una pieza clave de un nuevo contrato urbano centrado en las personas.

Desde UVE Green creemos que ese es el camino. Porque no hay sostenibilidad sin salud, ni bienestar si no es accesible.

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